(Adaptando muy libertinamente el final de esta novela.)
*****
Hum,…
(Varios toques en un micro imaginario) ¿Se me oye?
Bueno, vamos allá…
GRACIAS
(Alejándose, sonido doble de pasos imaginarios, y un telón que cae en silencio, un silencio sólo imaginado).
…
– Buff, por fin libres, JG…
– Sí, Mak…
– ¿Qué?
– No, nada, … Pero… ¿crees que se esperaban eso… y ya?
– Hum, espero que no, claro. Espero que esperaran más. Recuerda: eso es lo que nos mantiene vivos…
– A veces me cuesta entenderte…
Mientras se pone cómodo, el personaje Mak piensa, recuerda otros cierres, por cese de ideas, por cese de caminos, por aburrimientos varios. Y sonríe. Para su interior, claro. Nunca reconocerá haber disfrutado tanto cada día del año que termina.
JG, en cambio, se ve meditativo. Ha dado la cara por primera vez, y se siente triunfador en la lucha contra sí mismo. Incluso diría con otro registro que le ha entrado el gusanillo. Se pone cómodo también:
– ¿Continuarán?
– Es difícil saberlo, Jotagé. Estas líneas se están escribiendo en el pasado.
– Entonces, ¿ya? ¿Esto ha sido todo?
– Quedamos en que tú decidías…
– Sí,pero…
– No hay peros, sabes los tiempos que esperan y que el Demiurgo ya nos ha preparado otro sitio y otras funciones que representar…
– ¡Ja! ¿El Demiurgo?¿Ese hombrecillo escribiendo?
– Pues sí, pero es lo que hay…
Mientras Mak se sirve en una copa una extensa dosis de picaresca y cinismo y se pone a pensar en androides -fiel seguidor de no sabe cuántas escuelas teatrales, siempre está “entrando” en algún papel nuevo-, el personaje J.G. Se levanta y pasea ansioso por el piso.
– Ha estado bien, ¿no crees?
– Hum,…
– ¿”Hum”?
– (Tú y tus comillas…) -rezongando. – Vale.Supongo que sí, que ha estado ‘bien’.
– ¡Venga ya! No quieres recordar el pasado diciembre, el de 2010. Cómo la gozabas cambiando diseños y redactando páginas, sólo para que los invitados estuvieran en un blog comm’il faut…
– A ti lo que te pasa es que eres un dilettante, que le dan cualquier juguete y ya quiere ir a la calle con él…
– ¡Como que a ti no te encantaba recibir fotos de todas esas fans tuyas para colgar!
La discusión, debate o rifirrafe no duró mucho más, o sí, ya se sabe que para los personajes de los blogs el tiempo es impermeable.
– Lo cierto…, sí, ha habido cosas que han estado muy bien…
– (Lo sabía…). Veo que entras en razón.
– Treinta personas aportando…
– … más de dos mil fotografías…
– …¡y no olvides los miles de comentarios!
– Aunque en eso hemos ayudado un tanto nosotros.
– Debemos felicitarnos…
– No, tampoco ha sido para tanto. Lo hemos visto en directo casi, ¿cuántas veces nos hemos pisado dos y hasta tres intentando publicar a la vez?
– Jaja, sí, tienes razón,…
– Han trabajado mucho. Ambos lo sabemos…
– … Y lo que nos han aguantado…
– ¡Sobre todo a ti! ¡Autócrata!
– ¿A mí?¿Y tú qué? «Ven a Sanse», «ven a Madrid», «vamos no sé dónde», …
De pronto, por el lado más lejano, todo empieza a desvanecerse…
– ¡Ves lo que has hecho?
– Claro, tú nunca has roto un plato. ¿Qué más da? El Demiurgo manda, y seguramente se ha enfadado con tu…, bueno, con todo tú.
– Mira…
Y mientras una parte de sí mismos les dice que se están disolviendo en alguna especie de Nada, los rodea un paisaje tinerfeño, un conjuro que se cierra sobre ellos mientras parece escucharse un “¡Qué pena!”